Malos humos
Estos días no soy el hombre más popular en mi empresa. La cuestión es la siguiente. Hace aproximadamente unos tres años se establecieron medidas para conciliar, como se dice ahora, los “derechos” de los fumadores con los de los no fumadores. Para ello se habilitaron dos espacios junto a las máquinas de café, donde los adictos a la nicotina pueden dar rienda suelta a sus volutas de humo. Como el vicio (el de fumar) tira mucho y el de trabajar poco, el “derecho” a fumar ha ido “in crescendo” y el de laborar “in disminuendo” lo que ha provocado, además, ciertas tensiones entre el grupo de los no fumadores que reclaman interrumpir su jornada laboral cuando quieran ejercitar el “derecho” a dar rienda suelta a sus vicios, al igual que sus humeantes compañeros y compañeras.
Para que el asunto no fuese a mayores, me ha tocado poner un poco de orden en este candente y caliente tema y remití un correo electrónico a tod@s l@s trabajador@s de la Empresa donde “recordaba” que, el “derecho” a fumar, debía ejercerse dentro del tiempo en que se practicaba la “pausa por bocadillo” y no “además de” los veinte minutitos de rigor. Lo cierto es que desde esa fecha se fuma menos a pesar que, los malos humos, se han incrementado.
Nota del autor: Me he abstenido de “informar”, porque temo por mi integridad física, que a partir del próximo uno de enero, no habrá “derecho” a fumar ni en los espacios habilitados para tal fin, ni en la pausa por bocadillo a no ser que se ejercite en la calle.
Nota del autor aclaratoria para granjearse amig@s y provocar un poquito: Como sé que sois lector@s avezad@s habréis observado que he entrecomillado la palabra “derecho” cuando lo he aplicado a “fumar”. El tan cacareado y blandido como estandarte de la libertad individual “derecho a fumar”, no está reconocido en la legislación de ningún país del mundo. Es decir, no existe. Lo que si se recoge en la normativa y, concretamente, en la aplicable a esta futura comunidad de comunidades autónomas, de naciones, aldeas, barrios, etcétera, es el derecho a la salud y a disfrutar de una buena calidad medioambiental. Esos dos derechos, cuando entran en conflicto con el “derecho” a fumar, están por encima de éste. Como resulta que cuando el fumador o fumadora sale a la calle esgrimiendo su cigarro, puro, pipa o similar colisiona con nuestro derecho a disfrutar de una buena calidad medioambiental, no debería fumar, pero como somos buenos, generosos y, sobre todo, tenemos talante, consentimos que fumen en la calle.
8 comentarios
Para Kaleidoscopio agresiva con el humo -
Kaleidoscopio -
Para pau anunciando catástrofes -
Para MaRioSe con alegría en el cuerpo -
pau -
La empresa vecina a la mía prohibe fumar, salen al pasillo y se hartan de hacerlo allí, al lado de mi puerta. En Enero veremos lo que se hace.
MaRioSe -
Una cosa es que fumen, pero otra que ni te pregunten si te molesta y como saben la respuesta pues a joderse tocan, pero siempre por mi parte... a ver como estoy acostumbradaaaaaaa!
Pues me alegro que lo prohiban, esa es la verdad, aunque supongo que valdrá para poco y si le dices a un compa que lo quite, es que eres una desconsiderada....si es que...!!!
Para monocamy, está que hecha humo -
Lo que ocurre es que, el derecho a equivocarse, no ocasiona tantos desbarajustes sanitarios...
monocamy -
Hay otros "derechos" que son incluso más mencionados y aceptados, como el "derecho a equivocarse" y que, sin embargo, tienen menos sentido.
Vamos, el derecho a equivocarse es, a mi juicio, filosóficamente absurdo.